/ 2 nov 2005
¿Como te introducistes en el mundo carnavalero?
La verdad, que de donde yo procedo, Peal de Becerro, hay poca afición al carnaval y ninguna agrupación, pero una noche al salir de un ensayo de la banda de música, Pedro Mª Herrera, me llevó unas cuantas cintas de carnaval para que las escuchara. Me picó ese “bicho” y me animó a ir con él a Cádiz. De esto hace ya más de diez años y recuerdo que me dijo: “si esto te ha gustado y decides ir a Cádiz, te engancharás a una “droga” cada vez más fuerte”. Así fue. Desde entonces voy cada año un par de veces al Falla y empecé a venir a Úbeda en alguna ocasión cuando me enteraba que había algún acto carnavalero, hasta que hace unos años Pedro Herrera, me comentó que si me gustaría salir con él en la comparsa a la que entonces él pertenecía. Vine, probé y me quedé, en la que ahora es mi comparsa.

Relata cómo fue tu experiencia carnavalera el año de los elegidos y el pasado
Mi primer año con “Los Elegidos”, fueron todo sorpresas e ilusión, que nunca falta, al descubrir el alma de una comparsa por dentro. Desde cómo se monta un repertorio, se trabaja en un decorado, una puesta en escena y sobre todo descubrir un grupo de gente increíble. Y como no, esas ganas de actuar con la comparsa, ya que para mí suponía por primera vez, ver y sentir la magia del carnaval mirando al patio de butacas.Del año pasado con “Santa María”, destacaría sobre todo, una mayor autoconfianza y facilidad para mí, al igual que para el grupo en general. También una mayor ilusión, si cabe, que el primer año. Además con “Santa María” era mi segundo año en el carnaval de Úbeda, lo que hizo que disfrutase del carnaval en todos sus aspectos mucho más que el primer año, al conocer ya a más gente relacionada con el mundillo, de otras agrupaciones, etc.

Al entrar en el mundillo carnavalero, tu mayor alegría y tu mayor decepción fue...
Bueno, a pesar de mi corta andadura carnavalera, puedo decir que mi mayor alegría fue en el momento que me dijeron que me quedaba como componente de la comparsa tras hacer un par de ensayos con ellos, ya que de siempre había querido pertenecer a una comparsa y verdaderamente lo tenía difícil, por la poca afición al carnaval que había donde yo provenía, como he comentado antes. En cambio, mi mayor decepción, provino algo más tarde al comprobar que no es “oro todo lo que reluce”, ya que a veces no se afronta todo esto con el compromiso que requiere el pertenecer a una agrupación de carnaval, así como la escasa convivencia que hay entre grupos una vez pasados los días de carnaval de cada año.

¿Por qué se fue Herrera?
Ja ja ja, me hace gracia esta pregunta. No porque el hecho tenga gracia en sí, que a mí no me hizo ninguna, claro, sino porque es una cosa que todos más o menos sabemos. La verdad, que en su momento se hubo de haber intentado por algún medio que continuase con nosotros ya que lo que pasó fue el más claro ejemplo de “uno por el otro la casa sin barrer”. Pero bueno supongo que por mi relación con él, he de ser yo el que escriba aquí lo que en su día me dijo, y que no fue ni más ni menos que: “me voy de la comparsa porque yo nunca estaré en ningún sitio donde haya al menos una persona que esté a disgusto conmigo”. Al margen de las diversas opiniones, yo personalmente puedo dar fe de ello, ya que en el mundo musical, donde hemos convivido mucho, lo he visto hacer esto mismo, en cuanto advierte el más mínimo malestar respecto a él, entre algunos componentes.

¿Crees que existen diferencias entre cantar y tocar el bombo?
Evidentemente sí, y es una cosa que todo el mundo sabe, pero que a veces no interesa o no se quiere reconocer. Lo que todo el mundo piensa es que el bombo lo toca el último que llega a la comparsa (y que a veces es así sólo para algunos) y que es una cosa de niños, sin tener ni idea de la responsabilidad musical que conlleva. La percusión siempre pasa desapercibida y no es ni más fácil ni más difícil que cantar. Lo cierto es que el que canta, en la mayoría de los casos es porque tiene buen oído y canta bien, aunque a veces se va aprendiendo, como en todo. Con el bombo, pasa igual. El que toca el bombo ha de tener un mínimo de sentido rítmico, pero también se puede ir educando dicho ritmo poco a poco en cualquier persona.Molesta que a veces encima que todo el mundo te ve como el “carajote” de turno con el bombo siempre a cuestas y cargado a todos sitios, con lo que ello conlleva en carnaval, no se sepa apreciar en ocasiones el trabajo que realizas dentro del grupo. En cambio, todos te echan en falta cuando no asistes a dos ensayos seguidos o cuando en alguna actuación no puedes asistir. A ver quien es el guapo que se quita de estar ahí delante cantando para irse atrás donde nadie te va a ver, a tocar el bombo.

¿Nadie sabe tocarlo, o nadie quiere comprobar si realmente sabe, aunque sea por el bien de tu comparsa?
Con esto no quiero crear polémica, ni quiero decir que todo el mundo sea así, sino que simplemente es algo que llevaba tiempo pensando y que ahora que se me brinda esta oportunidad, no debo desaprovecharla. He estado mucho tiempo, antes de venirme a vivir a Úbeda, haciéndome casi 70 Km durante dos años, para asistir a cada ensayo, y a veces te encontrabas con cosas que hacían que te dijeses que lo dejabas todo, pero claro, habías dado una palabra y si hacías todo eso era porque te gustaba… A casi todos, nos gustaría cantar algún día y estar un metro y medio más adelante en las tablas para ver que se siente, pero bueno… seguiremos siendo “El Elegido para darle con la maza al bombo”, ¿a que sí Medina?, o bien buscarme a alguien que sepa tocar el bombo, si es que quiero cantar algún año, como me respondieron en una ocasión.Por cierto, muchas gracias a todos esos compañeros que siempre se acuerdan que estás ahí, echándote una mano cuando no tienes más ni siquiera para engancharte el bombo.

¿Que crees que le falta a tu comparsa? ¿Y que le sobra?
Como he dicho anteriormente, le faltaría algo más de compromiso, por parte de todos. Y quizá, no sé, si algo de mano dura en algunos momentos. Se supone que si estamos ahí es porque nos gusta, no para que estemos siempre encima de unos y de otros como si fuésemos niños. Si fuese necesario, incluso haciendo algunos cambios de componentes, empezando por mí el primero si fuese necesario, si es que se pretende formar un grupo que gane en calidad año tras año. En cambio si se pretende un grupo de amigos inamovibles que la calidad vaya en el tiempo y en su propio peso, es otra cuestión. Es lo que yo veo, siempre desde el punto de vista del bien para el grupo.También nos faltaría, a mi entender, un poco más de autoestima, es decir, que nos creamos de verdad lo que somos capaces de llegar a dar y que echemos los restos en cada actuación. Que lo que demostramos en la final con Santa María suceda cada vez que subamos a unas tablas.¿Qué le sobra? Pues bien, le quitaría un poco de cachondeo en los momentos que no viene a cuento y le quitaría también el 2CV verde de la cochera.

¿Como ves la relación entre los grupos?
Desde que llegué a este mundo, me llamó la atención precisamente este tema. Más que relación entre grupos, la única relación que yo veo es relación entre personas de grupos. Como dos o tres de mi grupo conocen o se llevan bien con dos o tres de otro grupo eso ya quiere decir que mi comparsa se lleva fenomenal con ese otro grupo. Aunque hay que decirlo, hay grupos que verdaderamente se llevan bien en todos los aspectos. Pero en realidad, la mayoría, no son así, todos sabemos que siempre se están criticando los grupos unos a los otros, con envidias, entrerriñas, etc. Guardamos las buenas caras, para unos cuantos días en Febrero, y hasta el año que viene.